Tu vida es una mierda, y eso es porque empiezas el día con un desayuno de mierda. No todos los días son fiesta, pero ahora que empieza el mes, has cobrado y, posiblemente, estás de -o se acercan tus- vacaciones, puedes pegarte el gustazo de un buen desayuno mientras escapas de la abismal monotonía, que la asfaltada rutina laboral ha inyectado en tu alma inmortal, con estas fantásticas recomendaciones de desayuno como Dios manda (brunch para los laicos).
No importa si te crees cuñada de María Pombo, te va el rollo desayuno americano-enfermedad-cardiovascular o prefieres la alta pastelería y lo delicado; hoy tenemos algo para ti.
Zenith (Calle Valverde,28)
Mi brazo, blanco rosado, combina bien con las tortitas de oreo.
No podemos empezar por otro que el rey, presidente, capataz y comandante del brunch en la capital. Ya en Lisboa, su ciudad de origen, dominaron su fórmula de desayuno/almuerzo contundente pero saludable, con referencias internacionales y frescas, modernas pero conocidas que, lejos de sorprender, aluden a lo que cualquiera pueda querer en esta comida digna de millenials e influencers. Tanto funciona esta fórmula, que el lleno es constante y consiguieron ser número 1 en Tripadvisor en su primera semana.
Tienen opciones dulces, saladas, frescas y más contundentes por un precio que, sin ser el más asequible, no es desmesurado para el nivel que se ofrece.
Lo mejor: la variedad es pasmosa. Hay mucho de todo y para todos. Me sorprendería que alguien salga sin haberse puesto hasta arriba. Desde tortitas con helado y crema de Oreo hasta smoothie bowls de mil mierdas cosas, pasando por huevos, bagels y tortillas.
Lo peor: las tortitas de tapioca eran lo más parecido al cartón desde que se inventó el cartón, probablemente. El local puede ser algo ruidoso por lo concurrido que está y el tipo de cliente.
Tienen una página web preciosa y un perfil de instagram que te pone los dientes largos.
The Toast Café (Fernando el Católico 50)
Son bastante considerables estas tortitas.
Si no sabes lo que es la espirulina y te da igual lo detox, igual prefieres unas tortitas bien gorditas con sirope, o la indulgencia absoluta y reconfortante de un breakfast burrito hasta arriba de guacamole. Si la idea de ponerte tibio para desayunar a las 12:30 del mediodía te parece más que sugerente, el Toast es para ti.
Hay alguna opción más sana, pero, sinceramente, para tomarte una macedonia, aquí no vengas. Aquí se viene a jugar.
Todo está bastante bien hecho y al momento. El servicio es muy atento y agradable y el ambiente uno de mis favoritos en Madrid. El brunch cuesta unos 16€ y saldrás comido y merendado. Tienen, además, carta de comida y cena, que no está mal, pero es algo subida de precio para lo que ofrece.
Son parte del grupo Bang Bang, que llevan todos el mismo rollo. Tienen otro local, «Roll», que tiene un brunch muy similar.
Lo mejor: el conjunto encaja muy bien consigo mismo. La comida es buena, atractiva y sin mucha tontería.
Lo peor: las bebidas no están muy trabajadas y se agradecería algo de variedad en zumos, tés y cafés.
Su web.
La duquesita (Calle de Fernando VI, 2
Míralo que mono todo. Y qué rico.
«¿Se puede desayunar?» pregunta un usuario en las opiniones de google. «Sí, y muy bien». La respuesta no necesita más, y es que La Duquesita, llevada por Oriol Balaguer, uno de los pasteleros con más renombre y premios de España, lleva todo lo que hace a su máxima expresión.
Maestro del chocolate y, siendo justos, de todo lo dulce, Oriol Balaguer trae la alta pastelería a Madrid en este precioso local, que conserva la decoración original que tiene desde 1914, entre la cual resaltan lo colorido, elegante y obsesivamente bien hecho de sus bombones, pasteles y bollos. Con unos cafés correctos y una carta de tés curradetes pero algo corta, La Duquesita es la mejor opción para desayunar algo fino en toda la ciudad. Y punto. Soy muy fans.
Lo mejor: la delicadeza y accesibilidad de todos los dulces es pasmosa. Sin irse a referencias enrrevesadas, es equilibrado, elegante y muy disfrutable.
Lo peor: el local es muy, pero que muy pequeño, y puede costar sentarse. Además, el precio puede ser un impedimento para aquellos que piensen que pagar más de 1,20 por un «bollo» es demasiado, aunque la relación calidad-precio es correcta.
En su web podéis ver su carta, aunque es bastante variable, y su concepto. Os dejo su cuenta de instagram.
Bueno, y eso es todo hasta dentro de 7 días. El domingo reseña exprés de un sitio que se ha quedado fuera del post por los pelos. Comentarios, sugerencias, invitaciones y propuestas de duelo en los comentarios, Instagram, Twitter y Facebook.